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Sample #1353

Ezequiel Lavezzi

(1985)

Roberto A. Fernández Perugorría

Universidad Central de Venezuela

Email: felaperu@gmail.com

RESUMEN

El presente trabajo estudia el tratamiento que Ezequiel Lavezzi hace de la literatura, la historia y la filosofía en su novela El filo de los dos (2007). El filo de los dos, que se inicia en el mundo de las artes y la literatura, se convierte en una novela negra muy bien ambientada, que destaca en la novela venezolana de los años 2000 y que construye una trama muy original, entremezclando elementos de otros géneros: literatura, filosofía, música, sociología y novela negra. El autor logra interpelar al lector, un lector curioso que no duda en leer textos literarios, históricos y filosóficos, para completar la lectura del texto. La investigación propone una lectura histórica-filosófica, desde la teoría de la transculturación, de la obra, mediante una apuesta metodológica por la interpretación y la lectura complementarias del texto.

ABSTRACT

The present work studies Ezequiel Lavezzi’s treatment of literature, history and philosophy in his novel El filo de los dos (2007). El filo de los dos, that starts in the world of arts and literature, becomes a very well-set-out thriller novel, that stands out in the Venezuelan literature of the 2000s and that builds a very original plot, that mixes elements from other genres: literature, philosophy, music, sociology and thriller. The author manages to provoke the reader, a reader that doesn’t doubt in reading literary, historical and philosophical texts, to complete the reading of the text. The research proposes a historical-philosophical reading of the work, from the transculturation theory, through a methodological bet on interpretation and complementary reading of the text.

1. Introducción

1.1. La invención de la literatura venezolana

La invención de la literatura venezolana está estrechamente ligada a la labor de José Gil Fortoul y Justo Sierra (1848-1912). A partir de una posición a favor de la educación universal, Fortoul –un hombre de clase media que, a pesar de haber terminado sus estudios en Europa, no renunció a los ideales de su país ni a la realidad venezolana– fundó en 1877 la primera escuela de letras en Venezuela y lideró el intento por unificar el sistema educativo de la nación. Su última obra, Historia de la enseñanza en Venezuela, terminada pocos días antes de su muerte, no solo describe el desarrollo de la educación, sino también sugiere la vigencia de una obra literaria en la nación: "La vida no es completa si no es cultivada con las ciencias y las letras; en ella hay una porción de la grandeza y la belleza de las ciencias, la magnificencia de las letras".

Esta búsqueda de la grandeza y de la belleza de las ciencias y las letras, también estaba presente en el gobierno de Justo Sierra, quien en 1893 creó la Dirección General de Instrucción Pública, estableciendo la educación primaria gratuita. Pero, especialmente, Sierra fundó la primera Escuela de Bellas Artes en 1892 y propuso una política educativa para la formación de artistas venezolanos. La mayor parte de los primeros artistas venezolanos –hombres como Alberto Peñaranda (1857-1924), Juan Cristóbal Jiménez (1867-1947) y Juan Lovera (1870-1944), así como el grupo más importante de mujeres pintoras, formado por Mercedes Ayala de Vengoechea (1855-1922), Carmen Calzadilla (1859-1931) y, sobre todo, Lina Domínguez (1859-1934)– fueron educados en esta institución, lo que le dio a la nación artistas conocidos internacionalmente y también al país una base artística para una identidad nacional.

Luego de la muerte de Sierra, se realizó un intento por iniciar una revolución en Venezuela, en 1907, que incluyó una propuesta artística que buscaba tener un impacto mayor en la formación de una identidad nacional. La primera propuesta para "Inventar" una literatura venezolana se hizo en un ensayo titulado "En busca de una literatura nacional", de Gabriel Alfonzo (1864-1944), quien argumentó en contra de la vigencia de la literatura hispanoamericana en el territorio venezolano. Pero, desde esta postura, también creó una propuesta para una literatura nacional: una literatura de la imaginación, una literatura del "dibujo extemporáneo", del "adorno" que "ha de ir seguido de una obra seria, la de fortalecer nuestras instituciones". En los años siguientes, se escribieron y publicaron obras para concretar esta propuesta, como El libro de Gervasio (1912) de Alberto Barrera Tyszka (1882-1916), El poeta errante (1919) de Ricardo Silva-Herzog (1876-1953), o El cuarto de Magdalena (1921) de Arturo Uslar Pietri (1904-1995), pero la literatura nacional se convirtió en una realidad al escribirse La vida maravillosa (1925) y Panorama de Venezuela (1926) de Rómulo Gallegos (1884-1969). Gallegos también escribió, y publicó, Pobre negro (1935), la primera novela venezolana con un tema étnico.

Estas nuevas invenciones literarias, también podrían ser consideradas como invenciones de historia. En otras palabras, las obras, escritas desde una posición nacionalista, intentaron la reescritura de la historia venezolana desde una nueva perspectiva: La historia de Lope de Aguirre (1929), de Arturo Uslar Pietri, intenta demostrar que en el caso de esta figura de la historia venezolana, el pueblo –el grupo étnico que integraba la nación– hizo lo que el gobierno no hizo. Esta misma reescritura de la historia, también se hace en Panorama de Venezuela, en la cual se documenta la lucha de Simón Bolívar (1783-1830) contra la corona española. De esta manera, también se concreta una invención de la historia de la literatura venezolana, puesto que se escriben obras que "simulan" la literatura hispanoamericana, sin embargo, son originales en su estructura y vocabulario, logrando expresar el imaginario venezolano.

Desde esta perspectiva, la novela negra sería una invención de literatura, una manera de reescribir la literatura venezolana de la forma en que Gallegos la vio, pero esta reescritura también sería una invención de la historia del país, una manera de aceptar que, en la formación de la nación, el imaginario y el pueblo también son fundamentales. En